jueves, 6 de noviembre de 2008

Producir, pero no poseer; perfeccionar la vida, pero no reclamar reconocimiento

El individuo quiere la salud y combate la enfermedad, quiere mantener la paz y suprimir la guerra, quiere vivir y, para ello, vencer a la muerte.

Es impresionante ver que, al cabo de un par de miles de años de infructuosos esfuerzos, los humanos siguen aferrados a sus conceptos. Cuando tratamos de alimentar uno de los polos, el polo opuesto crece en la misma proporción, sin que nosotros nos demos cuenta.

Precisamente la medicina nos da un buen ejemplo de ello: cuanto más se trabaja por la salud más prolifera la enfermedad.

Si queremos plantearnos este problema de una manera nueva, es necesario adoptar la óptica polar. En todas nuestras consideraciones, debemos aprender a ver simultáneamente el polo opuesto.

Nuestra mirada interior tiene que oscilar constantemente, para que podamos salir de la unilateralidad y adquirir la visión de conjunto.

Aunque no es fácil describir con palabras esta visión oscilante y polar, existen en filosofía textos que expresan estos principios. Lao-Tsé, que por su concisión no ha sido superado, dice en el segundo verso del Tao–Te–King:

El que dice: hermoso
está creando: feo.
El que dice: bien
está creando: mal.
Resistir determina: no resistir,
confuso determina: simple,
alto determina: bajo,
ruidoso determina: silencioso,
determinado determina: indeterminado,
ahora determina: otrora.
Así pues, el sabio
actúa sin acción,
dice sin hablar.
Lleva en sí todas las cosas
en busca de la unidad.
Él produce, pero no posee
perfecciona la vida
pero no reclama reconocimiento
y porque nada reclama
nunca sufre pérdida.

3 comentarios:

  1. Lleva en sí todas las cosas
    en busca de la unidad.
    Él produce, pero no posee
    perfecciona la vida
    pero no reclama reconocimiento
    y porque nada reclama
    nunca sufre pérdida

    Cuanto nos queda todavía que andar en este camino de la vida, gran entrada, necesaria como siempre, ya que de nuevo nos enseñas algo, debemos seguir aprendiendo.
    Un abrazote

    ResponderEliminar
  2. Javier, tu profusión me amedra. eres incosbustible.
    Ahora Lao, ¡los chinos!, ¡éramos pocos y parió la abuela!
    ¡Has cambiado el formato! Bueno...
    Siempre le digo a mis hijos: "Valora a las personas en 100 y exígeles 50, así tendrán otros 50 para no defraudarte".
    Creo que en esa frase se resume casi el 50% de la filosofía china, por lo demás, aquí nos hecemos el mismo planteamiento solo que algo más enrevesado, por culpa de la Iglesia, claro está, si no a que viene tantos cuentos sobre ángeles y demonios, por otra parte, hemos perdido en parte el deseo clásico de saber por saber, que no es otra cosa que el no reclamr reconocimiento. En el fondo nos parecemos demasiado, sólo tenemos que rascar un poco nuestra superficie.

    ResponderEliminar
  3. Hola Ruth, hola Malo Malísimo:

    Gracias por vuestras aportaciones. Esta tarde me paso por vuestros blogs a comentar.

    Tenéis razón, nos queda aún mucho por andar; aunque si rascamos un poco nuestra superficie sacudiéndonos las corazas encontramos siempre la misma filosofía: AMOR.

    Recibid un fuerte abrazote amig@s.

    ResponderEliminar