lunes, 15 de septiembre de 2008

Un mercado democrático de ideas, la noción de Oliver Wendell Holmes

La noción de Oliver Wendell Holmes de un "mercado de ideas" sufre el defecto de todas las teorías de mercado: siempre hay elementos exógenos en juego que impiden que los mercados sean verdaderamente competitivos. Algunas ideas simplemente nunca llegan al público. Pero es la metáfora del pensamiento probabilístico. Cuantos más dardos uno arroja al blanco, mejor el sentido que uno tiene de la diana. Cuantas más son las variaciones individuales, mayores son las probabilidades de que el grupo sobreviva.

Según el razonamiento de Holmes, no permitimos la libre expresión de ideas porque algún individuo puede tener la acertada. Ningún individuo solo puede tener la acertada. Permitimos la libre expresión porque son necesarios los recursos de todo el grupo para conseguir las ideas que necesitamos.

Pensar es una actividad social. Tolero tu pensamiento porque es parte de mi pensamiento, aun cuando mi pensamiento se define por oposición al tuyo.

El argumento de Holmes -que era también el argumento de Jane Addams y de John Dewey- sobre la democracia tenía la misma lógica: sólo se puede considerar democrática una decisión si se ha permitido que todos lleguen a ella. Holmes creía que la opinión ciudadana debía protegerse porque es el único modo de que los gobiernos democráticos mantengan su legitimidad. Como Dewey, creía que la libertad de expresión no es un bien individual, sino un bien social, que tenemos un interés en permitir que los individuos se expresen porque necesitamos de sus ideas.

La vida es un experimento pues nunca podemos estar seguros, por ello debemos tolerar el disenso. No es probable que el espíritu experimental necesariamente nos conduzca, a la primera, por el camino correcto; asimismo la democracia es también un experimento, y es propio de la naturaleza de los experimentos fallar en ocasiones. No obstante es el procedimiento más eficaz y adecuado. Sabemos que un resultado es correcto no porque derivó de principios inmutables, sino porque se obtuvo siguiendo procedimientos correctos.

Paráfrasis del pensamiento de Oliver Wendell Holmes. Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)

6 comentarios:

  1. No se que fin tendrás con el aporte vitamínico que nos estas haciendo partícipes en las últimas entradas de tu blog, pero la verdad que para mi ya sabes son de gran estima y valía.
    Creo que demos dejar muchas veces de lado el yo personal, reconocer y aceptar que el aporte en conjunto, por y para todos siempre es una aporte de satisfacción, además aquellos que intentan satisfacer su yo, no siempre lo ven cumplido,(no permitimos la libre expresión de ideas porque algún individuo puede tener la acertada.) Mientras que si por consiguiente intentas de corazón sin buscar ningún tipo de recompensa hacerlo por y para todos, realmente es cuando el ser humano llega a sentir satisfacción. Al menos así me siento yo cuando lo hago, no importa quien sea mas o menos, sino que sin méritos propios lo correcto se hace y es un bien en común (sólo se puede considerar democrática una decisión si se ha permitido que todos lleguen a ella.)
    Un abrazote y gracias por el aporte vitamínico.

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  2. El último párrafo es genial, pero discrepo, como se puede disentir en democracia en la frase "asimismo la democracia es también un experimento, y es propio de la naturaleza de los experimentos fallar en ocasiones". Es cierto que la democracia, a veces, falla en los procedimientos y las formas, pero no creo que halla fallado en lo sustancial de la democracia: la libertad. Excepción claro está de los salvadores del mundo, EEUU.

    Salud y socialismo

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  3. No se me ocurre actividad más individual que el pensar, otra cosa es que el pensamiento concreto, toda vez que es expresado, pueda convertirse en un bien social. Por cierto que también puede convertirse en un mal social si estamos ante un totalitario, un pederasta o asesino en pleno delirio; igualmente puede ser inútil socialmente si estamos ante alguien poco inteligente (o, si se quiere, una idea "poco inteligente"), de lo cual deduzco que no es ni mucho menos necesario que todas las ideas tengan que ser escuchadas por todos.

    Lo ideal es que todos tengan la posibilidad de expresarse libremente, no que todos tengan (o tengamos) que ser escuchados por todos. La borrachera democrática no debe impedirnos ver que algunas ideas son mejores que otras y que muchas veces esas ideas vienen de gente que, sencillamente, es más inteligente. No nos engañemos.

    La libre expresión y las buenas ideas (o pensamientos) son bienes sociales per se, el pensar o "cualquier idea de cualquiera no", porque, lo primero, es una actividad individual, no social, y lo segundo puede ser tanto bueno como malo como inútil.

    Saludos

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  4. Hola Ruth, Joaquín y Fritz:

    - Ruth: Mi finalidad es hacer ver la necesidad de más democracia, de más participación, de más ciudadanía, más necesitarnos tod@s, más ser tod@s.

    - Joaquín: Aunque falle la democracia no significa error, sino una posibilidad de fortalecimiento. Además la democracia falla cuando tiene carencias, si eliminamos las carencias de la democracia esta se nos presenta como un método perfecto.

    - Fritz: Pienso que no hay gente más inteligente, simplemente personas que han tenido más posibilidades por el entorno familiar, social, económico, etc... en el que ha sido criado. Creo que sería bueno que tod@s sean/seamos escuchados por tod@s. Por otra parte no concibo la democracia como una borrachera. La democracia es como una bebida energética, estimulante y sin alcohol.

    Un abrazote a tod@s.

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  5. Pero la democracia no es un medio para llegar a "lo correcto". Es un medio para que elijamos lo que resulta preferible para la mayoría, sea "correcto" o no. La democracia directa, sin más, entraña peligros: el de machacar a las minorías por ejemplo. Para evitar eso, la democracia no se ejerce en el vacío normativo, sino en un marco que fija un consenso de mínimos. Parte de ese consenso es que la mayoría debe respetar a la minoría. La llamadas a una democracia más directa pecan de un optimismo antropológico excesivo. Si se sometiera a voto directo, por ejemplo, la pena que debe imponerse en ciertos delitos (terrorismo, pederastia...), el resultado podría ser catastrófico. Por no hablar de lo que una mayoría podría pedir como marco regulatorio de la inmigración. Por eso no es cierto que la democracia directa sea siempre deseable.

    Y yo no tolero otras opiniones por si estuvieran en lo cierto o porque las mías se definan por oposición a las suyas. Yo tolero otras opiniones porque todo el mundo, yo incluido, tiene derecho a equivocarse y porque si alguien tiene una opinión que merece la pena, debe poder hacerla llegar a los demás. Lo de que hace falta el esfuerzo de todos para llegar a las ideas correctas me choca. Cuando alguien dé con una idea correcta, habrá dado con una idea correcta. Y para eso puede que necesite las ideas de otros y puede que no. Lo importante es que, si da con la correcta, pueda expresarla libremente y hacer que otros la compartan. Así funciona la ciencia, motor del progreso.

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  6. Hola anónimo:

    A lo que lleva la democracia es al consenso, a la integración de la opinión diversa. No obstante se tiene que respetar lo que piensa la mayoría. Como decía Holmes: Cuantos más dardos uno arroja al blanco, mejor el sentido que uno tiene de la diana. Cuantas más son las variaciones individuales, mayores son las probabilidades de que el grupo sobreviva.

    Es bueno el consenso, el acuerdo. Se ha de fortalecer la tendencia a impregnar con la opinión de todos los marcos normativos de los que nos dotemos, cada cual según su representatividad.

    Un abrazote amigo anónimo

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