La verdad es que todos somos un poco Billy Wilder, a todos nos suelen pagar por no hacer nada de lo que todos dicen que hacemos. En realidad que hacemos, en realidad no hacemos lo que deberíamos de hacer que es, como bien indica nuestro amigo Paco Martín, reconocer nuestros defectos. Esta semana le enviaba a Paco un vídeo de YouTube titulado "Recordando a Wilhelm Reich", en él se cita una maravillosa frase de Reich que dice "Ya hemos demostrado que somos incapaces de construir nuestro propio futuro, lo que podemos hacer es contar a nuestros hijos dónde y cómo fracasamos; podemos, además, remover los obstáculos que estén en el camino de nuestros hijos, para que construyan un mundo nuevo y mejor para ellos mismos".
En esa línea que cito de Reich, un buen líder es aquél capaz de asumir una idea, porque es consciente de no tener el mismo todas las respuestas. Guillermo Fernández Vara, me consta, está haciendo todos los esfuerzos por ser un buen líder. Igual que escribir es escribir-se, liderar es liderar-se; y cómo esta tarea es de todos y entre todos, debemos todos ser, como acertadamente indica Paco Martín es su artículo "licencia para soñar", líderes.
Debemos, por una parte, empezar por saber lo que debemos callar; pero debemos, por otra, lo que debemos empezar a decir. Debemos incluso predicar en el desierto, aún sabiendo que predicar en el desierto es intentar, infructuosamente, persuadir a quienes no están dispuestos a admitir razones o ejemplos.
Ya sabes, estimado amigo Paco, que en la Plaza de la Cordialidad cada uno tenemos nuestra función que realizar; la mía es la de generar contradicciones. A mi mismo el primero y, por extensión a todos aquellos que junto a mi transiten en esta era que nos ha tocado vivir. Ya sabes, estimado amigo Paco, que de la contradicción surge el desarrollo y que, exclusivamente por ello lo hago. Porque exclusivamente esa función hará a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos más libres y más conscientes de esta tierra elegida por los dioses como epicentro, foco y núcleo de su atlántida tartésica, metafórica y poética.
Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
En esa línea que cito de Reich, un buen líder es aquél capaz de asumir una idea, porque es consciente de no tener el mismo todas las respuestas. Guillermo Fernández Vara, me consta, está haciendo todos los esfuerzos por ser un buen líder. Igual que escribir es escribir-se, liderar es liderar-se; y cómo esta tarea es de todos y entre todos, debemos todos ser, como acertadamente indica Paco Martín es su artículo "licencia para soñar", líderes.
Debemos, por una parte, empezar por saber lo que debemos callar; pero debemos, por otra, lo que debemos empezar a decir. Debemos incluso predicar en el desierto, aún sabiendo que predicar en el desierto es intentar, infructuosamente, persuadir a quienes no están dispuestos a admitir razones o ejemplos.
Ya sabes, estimado amigo Paco, que en la Plaza de la Cordialidad cada uno tenemos nuestra función que realizar; la mía es la de generar contradicciones. A mi mismo el primero y, por extensión a todos aquellos que junto a mi transiten en esta era que nos ha tocado vivir. Ya sabes, estimado amigo Paco, que de la contradicción surge el desarrollo y que, exclusivamente por ello lo hago. Porque exclusivamente esa función hará a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos más libres y más conscientes de esta tierra elegida por los dioses como epicentro, foco y núcleo de su atlántida tartésica, metafórica y poética.
Por Javier Caso Iglesias. Plasencia (Cáceres)
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