martes, 5 de diciembre de 2006

Las Leyes Generales de la Dialéctica como guía teórico práctica de una acción eficaz

Nos surge por tanto la pregunta, al igual que a Ilya Prigogine, si en termodinámica el tiempo implica degradación y muerte, donde encaja en esto el fenómeno de la vida con su tendencia inherente hacia la organización y complejidad creciente.
Javier Caso Iglesias [01.06.2006 11:19] - 842 lecturas - 8 comentarios


El otro día divulgaba en estas páginas de Kaosenlared un análisis sobre las tareas que debe acometer la izquierda transformadora si no quiere quedarse, como expresa acertadamente el dicho popular, para vestir santos.

En ellas insistía en la necesidad, al objeto de orientarse, de contar con una cosmovisión dialéctica; el no tenerla hace que estemos como estamos.

Esta cosmovisión debe de abarcar de lo particular a lo general y ha de estar basada en las Leyes Generales de la Dialéctica, pues solo así podremos afrontar con garantías de éxito las tareas que debemos de acometer, o dicho en palabras de Marx: "nuestra misión histórica".

He insistido tanto en estas páginas, y en concreto en mi intercambio de opiniones con Rafael Pla-López, sobre la necesaria coherencia de esa cosmovisión dialéctica, incluso en el nivel de interpretación del universo y sus leyes, por el hecho de probar y demostrar su consistencia. Veamos con un ejemplo como:

Los textos de la Fundación Federico Engels que he difundido en estas páginas de Kaosenlared, cuyos autores son Alan Woods y Ted Grant, que versan sobre la nueva interpretación de la segunda ley de la termodinámica introducida por el premio Nóbel belga Ilya Prigogine; indican la férrea solidez, como diría Engels, de las Leyes Generales de la Dialéctica.

Hasta ahora nuestro futuro, según la interpretación por parte del establishment científico que intentó aplicar la segunda ley de termodinámica al universo en su conjunto -como dijera Ilya Prigogine-, parecía desembocar en la conocida como teoría de la "muerte térmica" del final del universo. Pero ahora resulta, según Alan Woods y Ted Grant, que esta es una ley limitada, que no se aplica a sistemas compuestos de un pequeño número de partículas (microsistemas) o a sistemas con un número infinito de partículas (universo). Sin embargo se han hecho repetidos intentos de extender su aplicación más allá de su esfera apropiada, llevando a todo tipo de conclusiones filosóficas falsas.

Como siguen exponiendo Alan Woods y Ted Grant, la segunda ley de la termodinámica no se puede aplicar en todas las circunstancias. Boltzmann no tuvo en cuenta fuerzas como el electromagnetismo o incluso la gravedad, teniendo en cuenta solamente colisiones atómicas. Esto nos da una visión tan restringida de los procesos físicos que no se puede considerar de aplicación general. Este es otro ejemplo de lo que sucede cuando se intenta llevar teorías científicas más allá de los límites en los que tienen una aplicación comprobada. Las limitaciones de los principios de la termodinámica ya se demostraron en el siglo pasado en una polémica entre Lord Kelvin, el famoso físico inglés, y los geólogos con relación a la edad de la tierra. Una enorme acumulación de pruebas demostró que los geólogos estaban en lo cierto y Lord Kelvin no.

Nos surge por tanto la pregunta, al igual que a Ilya Prigogine, si en termodinámica el tiempo implica degradación y muerte, donde encaja en esto el fenómeno de la vida con su tendencia inherente hacia la organización y complejidad creciente.

Contestemos a esta pregunta con los argumentos de Alan Woods y Ted Grant que expresan el punto de vista de Ilya Prigogine:

1.- En el mundo real átomos y moléculas casi nunca están "dejados a sí solos". Todas las cosas afectan a todas las cosas, átomos y moléculas están casi siempre expuestos al flujo de energía y material del exterior, que si es suficientemente fuerte puede dar la vuelta parcialmente al proceso aparentemente inexorable de desorden planteado en la segunda ley de la termodinámica.

2.- La entropía termodinámica fracasa lamentablemente como medida del grado mutable de forma y de falta de ella en la creación de los aminoácidos, microorganismos, plantas y animales autorreproductores y sistemas complejos de información, como el cerebro.

3.- El proceso de fusión nuclear es un ejemplo, no de decadencia, sino de construcción del universo. Esto ya fue planteado en 1931 por H. T. Poggio, que advirtió a los profetas del pesimismo termodinámico contra intentos injustificados de extrapolar una ley, que se aplica en ciertas situaciones limitadas en la tierra, a todo el universo. "No estemos tan seguros de que el universo es como un reloj que siempre se va distendiendo. Puede haber una manera de darle cuerda".

4.- La termodinámica tradicional ve en la entropía solamente un movimiento hacia el desorden. Esto, sin embargo, se refiere sólo a sistemas simples aislados (por ejemplo una máquina de vapor). La nueva interpretación que hace Prigogine de las teorías de Boltzmann es mucho más amplia, radicalmente diferente.

5.- En algunos casos una colisión entre moléculas produce un cambio en las moléculas implicadas (una "colisión reactiva"). Estas reacciones se pueden acelerar con la utilización de catalizadores. En un organismo vivo estos catalizadores son proteínas específicas llamadas enzimas. Los movimientos aparentemente caóticos y causales de las moléculas, en un momento dado llegan a un punto crítico en el que la cantidad repentinamente se transforma en calidad. Y esta es una propiedad esencial de todas las formas de materia, no sólo orgánica sino también inorgánica.

6.- Todo organismo viviente combina orden y actividad. En sistemas simples aislados, como un cristal, se puede mantener el equilibrio durante mucho tiempo, incluso indefinidamente. Pero las cosas cambian cuando se trata de procesos complejos como seres vivos. No se puede mantener a una célula viviente en estado de equilibrio, o se morirá. Los procesos que rigen el surgimiento de la vida no son sencillos y lineales, sino dialécticos, implicando saltos repentinos en los que la cantidad se transforma en calidad.

7.- El fenómeno del reloj químico investigado por Ilya Prigogine demuestra como en la naturaleza el orden surge espontáneamente del caos en un punto determinado. Esta es una observación importante, especialmente con relación a la manera en que la vida surge de la materia orgánica. Este fenómeno del "reloj químico" es especialmente importante, describe el comportamiento de las moléculas de gas. Supongamos que hay dos tipos de moléculas, "rojas" y "azules", en un estado caótico, en moción completamente al azar. Se podría suponer que, llegados a un momento dado, se daría una distribución irregular de moléculas, produciendo un color "violeta", con destellos ocasionales de rojo o azul. Pero en un reloj químico, esto no sucede más allá del punto crítico. El sistema es todo azul, después todo rojo, y estos cambios se producen a intervalos regulares.

8.-En la teoría clásica las reacciones químicas se producen de manera estadísticamente ordenada. Normalmente hay una concentración media de moléculas, con una distribución regular. Sin embargo, en realidad, parece como si se pudieran organizar concentraciones locales por sí mismas. Estos puntos focales de los que Prigogine llama "auto organización" pueden consolidarse hasta el punto que afectan todo el sistema en su conjunto. Lo que antes se creía que era un fenómeno marginal resulta ser totalmente decisivo.

9.- El punto de vista tradicional era considerar los procesos irreversibles como una molestia, provocada por la fricción u otras fuentes de calor perdidas en máquinas. Pero la situación ha cambiado. Sin procesos irreversibles la vida no sería posible.

10.- Según Prigogine, la irreversibilidad existe a todos los niveles, tanto microscópicos como macroscópicos. Para él, la segunda ley lleva a un nuevo concepto de la materia. En un estado de no equilibrio surge el orden. "El no-equilibrio provoca orden en el caos".

Valga decir como conclusión que quien la presente suscribe, cuando empecé a intercambiar opiniones a través de Kaosenlared con Rafael Pla-López sobre la Segunda Ley de la Termodinámica -hace no más de un mes-, no tenía conocimiento alguno de termodinámica, entropía, neguentropía, etc..., pero, conocedor de las Leyes Generales de la Dialéctica, pronto descubrí que ver en la entropía solamente un movimiento hacia el desorden, como hace la interpretación de la termodinámica tradicional, era errónea por no ser dialéctica. Sumando este descubrimiento a un poco de trabajo de investigación da como consecuencia que Ilya Prigogine, todo un premio Nóbel, cuenta con una nueva interpretación de la segunda ley de la termodinámica que encaja perfectamente en las Leyes Generales de la Dialéctica que enunciaran con toda precisión Carlos Marx y Federico Engels.

Ello qué demuestra, pues sencillamente que un obrero, un trabajador, en definitiva un proletario con conciencia de clase, utilizando como método las leyes generales de la dialéctica y teniendo como objeto el del socialismo científico, esto es, el del progreso de las fuerzas productivas, o lo que es lo mismo el del desarrollo de la vida material; puede orientar adecuadamente su acontecer diario, así como su actividad práctica en aras de un mundo más solidario y mejor que valorice en todos sus desarrollos, presentes o futuros, la vida. Subordinando a este devenir de la vida material, en aras de su permanente subsistencia, todo conocimiento, toda ciencia, toda tecnología, toda filosofía.

Esta fue la razón que motivo a Carlos Marx a decir, en su Tesis sobre Feuerbach, que es necesario:

a) Comprender el fundamento terrenal en su propia contradicción.
b) Una vez comprendido, revolucionarlo prácticamente.

Así como que todos los misterios que inducen a la teoría, al misticismo, encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esa práctica; por ello no nos hemos de limitar a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de revolucionarlo.

Por ello toda acción, todo conocimiento, toda tecnología, toda ciencia ha de ponerse manos a la obra y buscar y rebuscar tanto teórica como empíricamente interpretaciones coherentes de las leyes inherentes a la naturaleza, tanto orgánica como inorgánica, que laboren con este fin. Y una vez comprendido el fundamento terrenal en su propia contradicción, ponerse a revolucionarlo prácticamente.


http://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=18966

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Ilia Prygogine
[2006-06-01 13:39:44]

Nacido en Moscú en 1917. Uno de los científicos más relevantes del momento. Recibió el Premio Nobel de Química en 1977 por su investigaciones sobre la termodinámica y la teoría de las estructuras disipativas. Producto de sus trabajos sobre el tiempo en las ciencias formales, así como sus comentarios sobre la "teoría del caos", el pensamiento de Prigogine ha sido recogido por pensadores de distintos ámbitos del saber científico: biólogos, físicos, químicos, filósofos, sicólogos, así como también de diversos pensadores del saber espiritual tradicional. Obras: Del ser al devenir: el tiempo y la complejidad en las ciencias físicas, El orden a partir del caos, La paradoja del tiempo: el tiempo, el caos y el quántum.

"Cuando yo era joven, mis profesores se alegraban de demostrar que un problema matemático dado admitía sólo una solución. Era el summum de la belleza matemática. En el curso de mi carrera he consagrado mucho tiempo a demostrar a mis alumnos que hay muchos problemas que admiten más de una solución".

"En el fondo, las diferentes culturas, pongamos la civilización tradicional china y la civilización europea, siguieron caminos diferentes. Hoy tenemos una visión muy diferente de la visión antigua, reductora, en la que se decía: 'Existe una sola dirección asignada la progreso de la civilización'; ahora comprendemos que hay muchas maneras de ser civilizados. Uno de los problemas capitales de la política, diría yo, mundial, es la confrontación de culturas, la comparación y el mantenimiento de la diversidad, sin olvidar insistir también sobre los elementos que nos unen a todos los hombres".


Premio Nobel de Química de 1977, profesor doctor Ilya Prigogine precursor de la teoría del caos
[2006-06-01 13:43:22]

El premio Nobel de Química de 1977, profesor doctor Ilya Prigogine precursor de la teoría del caos, nace el 25 de Enero de 1917 y muere el 28 de mayo de 2003, a la edad de 86 años en Bruselas, ciudad donde residía. Gran filósofo humanista, sus conclusiones nos ayudan a comprender por qué existimos y por qué los orígenes de la vida no fueron coincidencia. Sus libros, traducidos a muchos idiomas, abarcan desde el estudio de la termodinámica hasta la conexión entre ciencia y humanismo.


El Premio Nobel de Química de 1977 fue concedido al Dr. Prigoginendespués de haber sido marginado por casi 20 años, se le concedió el Premio Nobel de Química, fundamentalmente por su trabajo en lo que denominó estructuras disipativas y por sus contribuciones al desequilibrio termodinámico, particularmente la teoría de los procesos irreversibles, han estimulado a muchos científicos en el mundo entero y pueden tener consecuencias profundas para nuestra comprensión de los sistemas biológicos. Se graduó en Química en la Universidad Libre de Bruselas. Fué Regent Professor y Profesor Ashbel Smith de Ingeniería Física y Química de la Universidad de Texas en Austin. En 1967 fundó el Centro de Mecánica Estadística, que más tarde se llamó Centro Ilya Prigogine para Estudios de Mecánica Estadística y Sistemas Complejos. Desde 1959 ha sido Director del Instituto Internacional Solvay en Bruselas, Bélgica. En 1989, Prigogine fue nombrado Vizconde por el Rey de Bélgica. Fue miembro de 63 organizaciones nacionales y profesionales, entre los cuales se encuentran la Academia Nacional de Ciencias y la Academia Americana de Arte y Ciencia. Sus actividades internacionales más recientes han sido las de Consejero Especial de la Comunidad Europea en Bruselas, Bélgica, Miembro Honorario de la Comisión Mundial para la Cultura y el Desarrollo de la UNESCO, presidida por Pérez de Cuellar; Miembro Honorario de London Diplomatic Academy y Presidente de Honor de International Commission o­n Distance Education (ECOSOC, Naciones Unidas)

Nacido en Moscú, Ilya Prigogine consiguió la nacionalidad belga cuando emigró junto a sus padres, a los cuatro años de edad. Virtuoso del piano, de joven dudó entre dedicarse por la carrera musical o la educación científica; finalmente optó por la ciencia y estudió Física y Química en la Universidad Libre de Bruselas, donde ejerció como profesor de Termodinámica.

"La formación de sistemas disipativos ordenados demuestra que es posible crear orden del desorden ?explicaba el comunicado del Nobel?. La descripción de estas estructuras condujo a muchos descubrimientos fundamentales y tuvo aplicación en diversos campos, no sólo en la química, sino en la biología y en los sistemas sociales."

Se opuso a Einstein por el papel que atribuyó al azar; estudió el caos, la incertidumbre y el no equilibrio. No admitía una concepción determinista del universo.

Institutos de Investigación y destacadas universidades lo honraron con distinciones académicas, entre las que se cuentan más de veinte Doctorados Honoris Causa. Entre los reconocimientos obtenidos, figuran la Legión de Honor de Francia y el Sol naciente de Japón.

Durante una de sus últimas visitas a Buenos Aires, para participar de la inauguración del Instituto Internacional de Investigaciones Científicas de la Universidad del Salvador, dijo: "La ciencia es un elemento de la cultura. Veo mi trabajo como una reconciliación, porque demuestra que el problema del tiempo puede ser abordado por la ciencia y desemboca en la filosofía".

Para Prigogine, el tiempo era la dimensión perdida de la física, y sus esfuerzos de toda la vida se encaminaron a entender su papel en el universo. Por eso sus contribuciones se dieron mayormente en la irreversibilidad, o, como él la llamó, "la flecha del tiempo".

"Sus teorías ?decía- tienden un puente sobre el abismo que existe entre los campos biológicos y sociales de investigación". Al darle un papel protagónico al azar, Prigogine estableció la imposibilidad de tener certezas absolutas. También demostró que en el mundo hay una creación simultánea de orden y desorden.

El orden y el caos

La teoría del caos, o de los Sistemas Dinámicos No Lineales, arranca de las investigaciones del Premio Nobel. «El caos posibilita la vida y la inteligencia», dijo.
Cuestionó la teoría del Big Bang sobre el origen del universo. Para él, el origen no se puede concebir como una explosión inicial, sino como resultado de la transformación de energía de gravitación en energía de materia. Desarrolló una hipótesis física relativa a la aparición de las estructuras en que se organiza la materia viva, a las que denominó estructuras disipativas.

Catedrático de química en el Instituto Enrico Fermi de la Universidad de Chicago, de física e ingeniería química en la Universidad de Texas y director del Instituto de Mecánica Estadística y Termodinámica. Se casó en 1961 con Marina Prokopowicz y tuvo dos hijos.


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