En el periódico digital "La República", de la pluma de Iván G. Rodríguez, se publica un artículo con el título "'Construyendo la Izquierda', la esperanza socialdemócrata para asaltar Izquierda Unida" (http://goo.gl/yaErZ); reflexión a la que le da amplitud Máximo Relti desde "canarias-semanal.com" con otro artículo que se pregunta lo siguiente "¿'Conspiración socialdemócrata' en Izquierda Unida? (http://goo.gl/dgi01).
Pues ni lo uno ni lo otro. Ni pretendemos asaltar Izquierda Unida ni conspiramos contra nadie. Lo nuestro es actuar a cara descubierta y sin miedo, acompañar sin vanguardizar, persuadir sin imponer; dejar que quienes se tengan que convencer lo hagan por su propia experiencia. Lo nuestro es otra cosa, lo nuestro es converger, lo nuestro es sumar; lo nuestro es cambiar las relaciones sociales y de producción, poniendo en libertad los elementos de la nueva sociedad. Pues, ante todo, somos un movimiento real que anula y supera cualquier estado de cosas existente; y que entiende que lo único que se necesita para hacer realidad un modo de producción no antagónico y sin clases es, como nos indicara Carlos Marx, "democratizar la toma de decisiones sobre dicho capital al objeto de que sus beneficios reviertan a la sociedad en su conjunto".
Y dado que las relaciones capitalistas de producción traban el desarrollo de las fuerzas productivas, nosotros hemos de "liquidar este modo de producción como representantes que somos de las nuevas fuerzas de producción y de intercambio cuyo desarrollo está limitado por las relaciones sociales existentes".
No tiene esto pinta de discurso socialdemócrata, y menos socioliberal, aunque a algunos se nos ubique en el PSOE.
Como les decía esta misma tarde a mis compañeros y amigos de Construyendo LA IZQUIERDA, la verdad es que me ha encantado que me metan en el ámbito del PSOE. Así podré decir que, al fin, lo he conseguido; pues lo cierto es que el PSOE ha sido quién siempre ha huido de mi, a pesar de mis deseos de pertenecer al PSOE.
El martes día 13 de julio de 2010 (hace ahora casi dos años), en el artículo titulado "Rebus sic stantibus, esto lo arreglamos con Convergencia Socialista" decía lo siguiente:
"Que hace unos días el PSOE, a través de transferencia bancaria, ha procedido a devolverme las cuotas que había tenido que abonar al inicio de mi proceso de afiliación al partido. No ha existido por parte del PSOE otra comunicación hacia mi persona -más que esta devolución de cuotas- para hacer llegar a mi conocimiento de que no puedo formar parte del partido; en definitiva, para decirme -el PSOE- que soy indomesticable y que se sienten totalmente incapaces para poner bridas que sujeten mi pensamiento siempre libre".
La prueba de esto que digo se puede ver en el siguiente enlace, al que se puede acceder poniendo en cualquier buscador:
Devolución recibo de cuota al PSOE de Javier Caso Iglesias
Lo dicho, es el PSOE quién siempre ha huido de mi, a pesar de mis deseos de pertenecer al PSOE. No aguantan en sus filas alguien especializado en resolver contradicciones generándolas.
Iván G. Rodríguez y a Máximo Relti deben de pensar lo mismo, me han de considerar un peligro para esa izquierda partitocrática y conservadora, esa que no resiste contradicciones y se ha de asentar en un pensamiento fundamentalista, identitario y excluyente para sentirse segura, pues la dialéctica de la contradicción no la entienden ni la practican; y eso a pesar de que Federico Engels quedara escrito que "de la contradicción surge el desarrollo".
Dejando este tema a un lado, pues no va a dar lana ni para una pelota, creo que nosotros, como Construyendo LA IZQUIERDA, nos debemos de empecinar en nuestro objetivo de conformar un amplio frente de izquierdas antineoliberal. Para construirlo hemos de ser flexibles en las formas, pero rigurosos en el rechazo a las prácticas que supongan merma o recorte de derechos; es más, tenemos que avanzar en la recuperación de los derechos perdidos y adquirir otros nuevos.
En las próximas convocatorias electorales hemos de ir juntos, la Izquierda Plural debe de ser un todo único y bien avenido. Hemos de abrirnos a todas aquellas fuerzas políticas, sociales, sindicales, medioambientales, etc... que suscriban un programa de mínimos. Lo más importante de ello son los mecanismos de supervisión, de evaluación; el contra-control que se llama en ciencia. Hemos de sumar con IU, con IAb, con ICV, con CHA, con Compromís, con PSM-IV, con Aralar, con BNG, con ERC, con Izquierda Anticapitalista, con CUT-BAI etc... Lo importante es el programa de mínimos, en el resto, como se suele decir, barra libre. No pasa nada por que en cuestiones puntuales, y así acordadas, cada cual fije y vote (en una institución) algo diferente al resto. Lo importante ha de ser ese programa de mínimos. La rigurosidad en su cumplimiento. No en todo, todos y todas, hemos de estar de acuerdo; pero en lo que estamos de acuerdo y así se convenie, se ha de actuar unidos. Solo unidos podemos conseguir, incluso, que hasta la Ley D'Hondt nos beneficie.
En este frente amplio de izquierdas y antineoliberal algunos se auto-ubicarán dónde siempre han estado, fuera del mismo. Cuantos en el PSOE serían valientes e irían de la mano con Aralar o con CUT-BAI.
Ahora lo importante es llevar a cabo la puesta a punto de Construyendo LA IZQUIERDA, permitiendo adherirse al mayor número posible de organizaciones de izquierda alternativa (sociales, sindicales, revistas de información o de pensamiento estructural, culturales, medioambientales, etc...), permitiéndoles decidir el grado de implicación y compromiso que ellas mismas determinen asumir: simpatizante, observadora, integrante, colaboradora, fundadora, etc... El mismo procedimiento que ahora estamos llevando a cabo con las personas, a las cuales permitimos la doble militancia política. Hemos de reseñar que esto lo vemos como muy positivo, pues posibilita trabajar en la cercanía con otros sin ningún tipo de limitación por razón de afiliación a otra organización de la izquierda alternativa.
yo soy mucho más pesimista Javier. Ya me cuesta creer que esa convergencia sea posible porque los distintos partidos tienen sus propios intereses cortoplacistas y para poder poner en común políticas de mínimos habría que renunciar a muchas cosas que les mantienen en sus posiciones minoritarias pero les permiten existir pese a todo. No sé si serían capaces de hacerlo, de lanzarse al vacío y poner en marcha la experiencia.
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