Elia María Blanco, una alcaldesa en apuros

La periodista del Diario Hoy, Ana B. Hernández, nos ofrece un relato detallado de la Alcaldesa de Plasencia titulado UNA ALCALDESA EN HORAS DIFÍCILES.

En esta crónica se dice algo por todos conocidos y que en multitud de ocasiones he manifestado, tanto en privado como en público; esto es, que Elia María Blanco es una buena y excelente persona que gana en las distancias cortas.

Y, si como todo el mundo conviene, y la periodista Ana B. Hernández lo destaca con sus palabras, Elia es en la cercanía, "una mujer tolerante, con una fuerte personalidad, mucho sentido del humor y una conversación amena"; ¿Por qué a nivel político tiene fracturada la agrupación de la que es Secretaria General en dos partes de la cual, la suya, no es precisamente la mayoritaria? ¿Por qué tiene a la oposición crispada e imposibilitada para hacer correctamente su función democrática de control? ¿Por qué a las organizaciones políticas y ciudadanos de a pie cuya función, deseo o compromiso es la de velar por el cumplimiento escrupuloso de lo establecido en la legislación vigente y en los acuerdos que las instancias institucionales adoptan, se nos ponen tantas dificultades para evaluar sistemáticamente, supervisar e inspeccionar las acciones del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Plasencia? ¿Por qué no se tiene una mayor cintura política para que los temas que afectan a la ciudadanía de la localidad se resuelvan en el ámbito político que, por definición, siempre debe de facilitar el diálogo constructivo, cercano y amable; y no la deriva actual de los asuntos -por no quedar más alternativa que esta- a los tribunales de justicia o en fiscalía?

Mi opinión de por qué a Elia María Blanco le ocurren estas cosas -esta contradicción evidente entre su forma de ser personal y su forma de comportarse en política-, es idéntica a la que tengo de Guillermo Fernández Vara. Todo lo que ganan en lo personal lo pierden en lo político por no mantener el mismo talante en uno y otro ámbito.

La periodista Ana B. Hernández dice de Elia María Blanco que "proyecta la imagen de alguien estirada y altiva". Guillermo en lo político proyecta la imagen de alguien cerrado al acuerdo y al entendimiento, de alguien poco habituado a integrar lo diverso, lo diferente.

Los dos, tanto Elia como Guillermo, no han sabido hacer realidad esos lemas que acogieron como propios: "Otra forma de ser, otra forma de gobernar", "incluyentes pero muy exigentes", "cambiar la forma de hacer de las personas, permaneciendo fieles a los principios".

Como vengo diciendo desde hace tiempo, el actual modelo del PSOE, el que representan Elia y Guillermo, genera permanentemente este tipo de problemas de exclusión; pues es un modelo no integrativo en el que no se valora, más bien lo contrario, la discrepancia y el opinar diverso.

A Elia y a Guillermo les ocurre, consecuencia de esa contradicción entre su forma de ser personal y su forma de comportarse en política, como a ciertos responsables políticos e institucionales "progresistas", otros prefieren llamarlos "conservadores de izquierda", asentados en el poder; esto es, que siguen instalados en el olvido de aquello que decía la ponencia marco del 37 Congreso Federal del PSOE:

"Los y las socialistas pensamos que es mucho mejor encarar las transformaciones sociales a los que nos enfrentamos si los ciudadanos tienen el poder, si los ciudadanos son los dueños de su destino".

"A través, de más democracia, los socialistas debemos seguir demostrando que gobernamos CON los ciudadanos, no solo PARA ellos"

"Las sociedades más democráticas se adaptan mejor al paradigma de la nueva sociedad. Son más flexibles, más responsables, más sensibles a los cambios. Por eso, nuestra misión debe ser trabajar para que el poder pertenezca cada vez menos a la Administración y a los grandes conglomerados empresariales y más a los ciudadanos."

Mientras esta contradicción se siga manifestando en Elia, así como en Guillermo y en la mayoría de responsables políticos e institucionales que padecemos, nuestro objetivo como ciudadanos ha de ser cumplir y hacer cumplir lo que de una forma nítida y clara dice tanto la Constitución Española como la Ley 30/92, esto es:

1.- Hacer entender que los partidos políticos son instrumentos al servicio de la ciudadanía, así como también los cargos políticos e institucionales.

2.- Que los partidos políticos deben de respetar la constitución y las leyes y, en primer lugar, ese derecho tantas veces pisoteado y siempre conculcado: El derecho a la libertad de expresión en el seno de los partidos políticos. Una cosa es que se tengan que respetar las decisiones de los órganos, pero otra es no poder hablar libremente sobre esas decisiones (tanto en público como en privado); ahora está penado con la expulsión el emitir tus opiniones de una forma libre sobre aquello que acuerdan los órganos de dirección de un partido si eres militante del mismo. Ahora los partidos exigen la imposición del bozal, por norma, a sus afiliados; y esto, creo y estoy rotundamente convencido, es algo a todas luces inconstitucional. Es más, vulnera flagrantemente la Declaración Universal de Derechos Humanos (Artículo 19.- Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión).

3.- Exigir la aplicación del Artículo 9. 2. de nuestra Constitución.- Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social.

4.- Facilitar toda la información a los ciudadanos, la red de redes que es Internet ya lo posibilita; permitiendo el seguimiento y el control del conjunto de indicadores para poder evaluar la acción del gobierno. Como se afirma desde la Red de Administraciones Transparentes y Participativas: Una administración pública transparente y abierta al acceso a la información, sienta sus bases en la integración de una gestión comprometida con un trabajo transparente, así como en una arraigada cultura de servicio, donde el ciudadano es la prioridad para la función gubernamental. Por ello, garantizar el libre acceso a la información pública, es además de una obligación con la ciudadanía, un factor que fortalece y valida la acción de gobierno.

Así que amiga Elia María Blanco, intenta gobernar CON los ciudadanos y no solo PARA ellos. Lo mismo has de aplicar en el partido. Cuestión esta que también recomiendo a Guillermo Fernández Vara. Y de no querer actuar así, otros vendrán y harán lo que el pueblo soberano demanda para este momento histórico que nos ha tocado vivir.

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