Uno se acuerda del primer amor, no del primer error, si de la primera comida, no del penúltimo sueño

Gracias Paco por tu comentario en mi bitácora, lo voy a transformar en post de mi blog junto a mi respuesta a tus certeras palabras relativas a los recuerdos y, también, a los no-recuerdos. ¿Por qué será que recordamos sólo algunas cosas y otras pasan rápidamente al cajón del olvido? Amigo Paco, lo que daría yo por tener el dominio de la metáfora que tu despliegas, por aprender, o mejor incluso, por aprehender el dialecto de los sueños.

Te propongo un trato, tu me enseñas el dialecto de los sueños y yo te muestro la filosofía que Vishnú, a través de Krishná (la octava reencarnación de Vishnú) y ejerciendo de auriga y amigo de Arjuna, le enseñó a este. Y que versa sobre cómo actuar de manera perfecta. O imperfecta que añadiría Adler, con lo cual asentiría Sócrates por aquello del no-saber.

- Javier, ten cuidado con ese tal Sócrates y su no-saber, pues en realidad con su mayéutica lo que hace es trascender las formas para llegar a las esencias.
- Gracias Daimon, pero ya lo intuía; además hace bien Sócrates trascendiendo lo aparente para llegar a lo sustancial ¿no te parece?
- Un momento amigos Javier y Daimon, en nombre de Vishnú pido tener vela en este entierro.
- Arjuna, aquí no hay ningún entierro; además los presentes no creemos en la muerte, somos partidarios del Eros en su eterna batalla contra el Tánatos.
- Era una forma de hablar, que quisquillosos sois, todo lo agarráis por la punta.
- Eeeeehhhh, que agarramos qué y por donde.
- La leche, me voy con Krishná otra vez que aquí te aspan por menos que vale un peine.
- Hasta luego Arjuna y ten cuidado con lo que agarras y por donde lo agarras.
- Daimon, no te pases con el pobre Arjuna; que bastante tiene el desdichado con soportar a esa reencarnación de Chiquito de la Calzada, perdón quise decir de Vishnú en Krishná.
- Y todo esto, digo yo que soy Sócrates, que tiene que ver con llevar un análisis como este en el hospital.
- ¿Cómo cual amigo Sócrates?
- Como el que manda el protocolo que ahora no es por no existir pero que será cuando la fábrica se ponga a parir, que de eso va la mayéutica, y se lo proponga a quién se lo tenga que proponer.
- Sócrates, más que a ti mismo te pareces mucho a Aristóteles.
- Más bien será al contrario y es, por otra parte, natural. El alumno de mi alumno en algo se tiene que parecer al maestro de su maestro.

Estimado amigo Paco, espero que no tomes en consideración las barbaridades de estos locos de atar comandados por mi Daimon. O tal vez si. Lo digo por no contrariar a Adler, aunque él no parece inmutarse; yo creo que su amigo C. G. Jung algo le contagió de su admiración por las culturas orientales. En concreto por el Yijing, un texto escrito 2.400 años antes de Cristo y que viene a decir lo que 2.400 años después dijo Cristo; o lo que es lo mismo, aquello que 1.800 años después del Yijing quedaron anunciado los filósofos griegos o el mismísimo Buda. Un abrazote amigo Paco Martín de tu compañero de camino Javier Caso Iglesias.

A continuación dejo constancia del esclarecedor testimonio que nuestro soñador de guardia Paco Martín ha dejado en el anterior post de este blog:
Lo que yo daría por llevar un análisis como este en el hospital. Fue la primera vez, uno se acuerda del primer amor, no del primer error, si de la primera comida, no del penúltimo sueño, si del anterior segundo, no de la tercera vez que hizo algo con las manos. Estoy aprendiendo el dialecto de lo sueños, cuando tenga el truco lo monto en el trabuco. Mañana te veo, espero repetir mucho esa frase en el futuro. Nos unen muchas cosas, los dos tenemos gafas por ejemplo, y empiezo a entender que estamos mas cerca de ver las mismas cosas. Lo dicho lo nuestro es un caso, gracias por dejarme estar en tu casa. Un abrazote de Paco Martín el soñador de guardia.

Nota 1 de Javier: Por cierto, qué fabulosa sinergia de empatía, afectividad, cercanía y cariño está generando esta fábrica que estamos fabricando (http://es.groups.yahoo.com/group/fabricadeideas/). Confucio se quedaría maravillado con ella, pues recoge perfectamente sus pensamientos sobre la virtud: "la virtud es una cuestión de costumbre, no se puede aprender hablando de ella, tiene que practicarse". Y ahí está nuestra verdadera práctica, nuestra verdadera virtud, en la costumbre de estar cerca para sentirnos cerca que diría Guillermo. Esta es la verdadera fábrica que estamos fabricando. Esta es la verdadera fábrica que necesita Extremadura, España y el Mundo mundial: Estar cerca para sentirnos cerca.