martes, 5 de diciembre de 2006

Respuesta a la contestación del Presidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra a la Carta Abierta.

Respuesta a la contestación del Presidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra a la Carta Abierta.
Este tipo de acuerdos institucionales, y perdóneme la sinceridad con que se lo digo, no son vistos más que como actuaciones de cara a la galería mediática.
Javier Caso Iglesias (Ateneo Popular Valeriano Orobón Fernández) [21.04.2006 11:16] - 924 lecturas - 6 comentarios
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Respuesta a la contestación del Presidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra a la Carta Abierta.

Estimado Presidente de la Junta de Extremadura:

Recibo de Usted el 19 de abril de 2006 respuesta a la carta abierta que recientemente le hacía llegar.

Coincido con Usted en algunas apreciaciones, entre ellas el que sea natural y razonable que cuando un empleado público no ve peligrar su estatus como funcionario o como laboral fijo ni atisba riesgo en condiciones de trabajo draconianas que puedan atentar a su propia dignidad, desplace su preocupación hacia aspectos de la relación con su empresa que son menos tangibles, pero no por ello menos importantes.

Reconozco también con Usted que es positivo que se muestre, por parte de los trabajadores de la institución, preocupación por aspectos como la motivación, la participación o la implicación en los objetivos. Porque, como Usted me dice, además de ser bueno para la realización personal y profesional de los empleados, sobre todo lo es para los objetivos de la organización, para el servicio que se presta al ciudadano, referente único de la actuación de cualquier Administración.

Comparto además con Usted, por ser el comportamiento laboral mayoritario y ejemplarizante de los empleados públicos de la Junta de Extremadura, que no basta con aguardar a que la motivación asome a través de un detalle de reconocimiento externo, de una mejor retribución o de la comunicación de un objetivo concreto; siendo esto importante, lo es más la capacidad de cada empleado para interiorizar su vocación de servicio público y para poner sus energías al servicio de los objetivos de la unidad donde trabaje, aunque a veces no se comprendan o no se compartan del todo. Por eso, y como Usted sigue diciéndome en su comunicación, la motivación no es sólo algo que compete a los gestores y responsables, es también el resultado de una actividad de cada individuo y de un esfuerzo permanente por superarse, pese a las dificultades que siempre surgirán.

Interesante se me hace de su respuesta y es por ello que lo destaco, que no nieguen Ustedes que la queja sobre la escasa motivación en las organizaciones públicas tiene, a su juicio, en no pocas ocasiones más relación con la propensión a la insatisfacción de determinados perfiles de empleados públicos que con otro tipo de cuestiones.

En este punto de mi escrito se hace conveniente recapitular las coincidencias que con lo expresado por Usted en su comunicación tengo -en síntesis siguen siendo para mi bastante parecidas a las conclusiones que el estudio realizado en el ámbito de la investigación de la Universidad de Extremadura y relativo a la percepción de la institución regional por sus trabajadores, en su día conocimos los ciudadanos extremeños gracias a la prensa regional-; y que resumiendo podría ser algo así:

1) La preocupación generalizada y creciente del empleado público por aspectos de la relación con su empresa.

2) El esfuerzo permanente que los empleados públicos de la Junta de Extremadura en general hacen por superarse y mejorar su vocación de servicio, a pesar de que aquello que Usted califica de importante (un detalle de reconocimiento externo, una comunicación de un objetivo concreto; o su deseo de participar o implicarse en los objetivos) no sea práctica que fomente e impulse la institución para con ellos a pesar de sus desvelos como empleados públicos.

Correctas y necesarias son, por otra parte, las acciones consensuadas por la Junta de Extremadura con los sindicatos en materia de formación y conciliación de la vida familiar y laboral.

Una vez expuestas las coincidencias permítame disentir con Usted, por ejemplo, en la valoración del grado de eficacia de los ejemplos de acciones recientes que Usted en su comunicación reseña:

Sobre el Plan de 2004 de Modernización, Simplificación y Calidad para la Administración de la Comunidad Autónoma de Extremadura, en concreto el eje dirigido a la implicación de los recursos humanos en los ambiciosos objetivos del Plan. He de decirle que la mayoría de los empleados públicos de la institución regional desconocemos el contenido de dicho Plan, pues nadie se ha molestado en explicárnoslo y que si algo se avanza en este aspecto es gracias a la vocación de servicio que de manera intuitiva el empleado público de la Junta de Extremadura ha venido desarrollando.

En relación al Acuerdo entre la Administración de la Junta y las Organizaciones Sindicales para la mejora de las condiciones de trabajo y de la prestación de los servicios públicos de 2005, un acuerdo que pretende vincular a los empleados públicos con el proceso de mejora de la Administración Autonómica. Decirle que su desconocimiento por parte de los empleados públicos de la Junta de Extremadura es absoluto, pues al igual que con el anteriormente citado nadie se ha dirigido a nosotros para dárnoslo a conocer y mucho menos ofrecernos implicarnos en nada; insisto en que si algo se avanza en estos ámbitos es gracias a la vocación de servicio que de manera intuitiva el empleado público de la Junta de Extremadura ha venido desarrollando.

Este tipo de acuerdos institucionales, y perdóneme la sinceridad con que se lo digo, no son vistos más que como actuaciones de cara a la galería mediática.

De no ser así dígame Usted que instrumentos de evaluación y seguimiento tienen por parte de aquellos a los que van dirigidos. El empleado público debe, al tiempo de ser evaluado, también él evaluar, la interacción de todos en este proyecto de servicio al ciudadano se hace necesaria y ninguna opinión debe desmerecer.

¿No cree Usted que avanzaríamos bastante en el diseño de una administración más eficaz si aquellos que realizamos nuestra actividad sirviendo directamente al ciudadano, cara a cara, día a día, en puestos de base, se nos consultara periódicamente mediante cuadernillos o hojas de opinión sobre que mejoras se podrían introducir para que el ambiente laboral y la gestión de los servicios pudiera llegar a ser excelente?

Mi recomendación final, por no cansar más con la extensión de mi misiva, es que la Junta de Extremadura se debe de dotar de instrumentos rigurosos y objetivos de evaluación del sentir de sus empleados públicos al objeto de aprovechar en beneficio de la ciudadanía de la región todas las potencialidades y capacidades de estos y que me consta que son muchas, pero que desafortunadamente no se pueden expandir hasta su máxima potencialidad por el obsoleto sistema de gestión de los recursos humanos con que cuenta la institución.

La Junta de Extremadura no puede tener un discurso de "no mucho más se le puede pedir a la Administración con respecto a sus empleados públicos" Yo soy de los que opino que sí se le debe de pedir mucho más a la Junta de Extremadura con respecto a sus empleados públicos, y en esto me ampara incluso hasta la constitución, a la Junta de Extremadura le corresponde interiorizar su deber de remover todos los obstáculos que impidan nuestra participación activa como empleados públicos en todo aquello que mejore los servicios que a los ciudadanos prestamos y a los que nos debemos.

Si duda de lo que le digo le propongo que someta a evaluación objetiva, como en su día realizó la Universidad de Extremadura, la percepción de la institución regional por parte de sus trabajadores; así como esa insatisfacción que Ustedes no niegan de determinados perfiles de empleados públicos y búsquenle las causas para darle de inmediato solución. La psicología organizacional es una rama de las ciencias que, como le dije en mi anterior comunicación, puede ayudarles bastante en ello. Entiendan que todos somos necesarios y que se nos necesita al máximo rendimiento.

Termino diciéndole que no entienda mis cartas como críticas, sino como aportaciones constructivas para hacer una Administración mejor y más volcada en el ciudadano, ello de seguro no le perjudicará. Téngalo por tanto en cuenta.

En espera de sus siempre gratas noticias y opiniones al respecto, reciba un cordial saludo de este empleado público de la Junta de Extremadura que tiene necesidad de hacerle llegar a su máximo responsable institucional, a las claras y sin tapujos, sus observaciones y criterios; todo ello en aras, reitero, de aportar su granito de arena en la mejora de los servicios al ciudadano que la administración regional presta. Gracias de antemano por ello.

Atentamente,


Javier Caso Iglesias.